Introducción
“Lo intenté muchas veces en mi adolescencia, pero siempre acaba-ba por abandonar”.
Existe la opinión generalizada de que escribir durante esa época es una actividad muy positiva. Pero es casi igual de unánime el que se haya abandonado esa tarea tan beneficiosa.
Varía mucho más el “apellido” que se le pone tras lo de “Actividad Positiva”. Algunos expresan que fue liberador, otros opinan que les ayudaba a poner orden en el caos de sus ideas, para otros ser-vía como un confidente incondicional, otros …
El hecho es que, en la adultez es más difícil encontrar a personas (aunque las hay) que sigan llevando un diario de manera constante y sistemática.
Buceando en mi biblioteca, encuentro que todos los autores enumeran las excelencias de dedicar algo de tiempo diario a escribir, y sin embargo no es una ocupación excesivamente extendida.
Buceando en mi biblioteca, encuentro que todos los autores enumeran las excelencias de dedicar algo de tiempo diario a escribir, y sin embargo no es una ocupación excesivamente extendida.
Uniéndome a esa reflexión y con un criterio casi egoísta (a ver si me autoestimulo a hacerlo) me propongo describir de, entre todas las ventajas que tiene la realización de esta actividad, aquellas relacionadas con mi condición de psicólogo.
Escribir tiene efectos terapéuticos
Para hablar de los beneficios que proporciona la escritura de las propias vivencias, muchos de los autores revisados sitúan como argumento central el experimento realizado por James Penneba-ker en la Universidad de Texas, en los años 90.
Para hacerlo reclutó a medio centenar de personas que acababan de ser despedidas y que, por lo tanto, albergaban sentimientos negativos como hostilidad, tristeza, etc.
Estableció tres grupos. A los miembros del primero les pidió que escribieran durante 20 minutos aquellas cosas que les habían ocurrido ese día. Para el segundo la consigna fue que plasmaran sus sentimientos sobre los eventos diarios y aquellos que albergaban a cerca del despido. La única indicación para el tercero fue que escribieran durante 20 minutos diarios.
Según los resultados de este experimento, aquellos que habían escrito sobre sus sentimientos confirmaron una mayor recupera-ción emocional y fueron capaces de encontrar un nuevo trabajo a pesar de que todos pasaron por un número similar de entrevistas.
Con posterioridad se han realizado numerosos estudios que con-firman la idea de que dedicar unos pocos minutos del día a escribir sobre lo que se siente y piensa tiene efectos positivos constatables sobre la salud física y mental.
Algunos de los porqués de esta consecuencia tan beneficiosa so-bre las personas son:
- Ayuda a transitar mejor por situaciones dolorosas al poder plasmar los sentimientos que se están experimentando y tener así, la oportunidad de darles un sentido.
- Escribir aumenta la motivación y la autoestima.
- A pesar de entender que sentirse mal puede ejercer como energía motivadora para escribir, llevar un diario de forma sistemática, ofrece la oportunidad para mejorar uno mismo sin necesidad de encontrarse mal.
- Ayuda a ventilar (y descargar) emociones e ideas que de otra forma se repetirían constantemente al no haberles dado salida.
- Facilita que la persona encuentre sentido a su vida y al mundo gracias a la posibilidad de cambiar de perspectiva mediante la utilización de la hoja escrita para “verlo desde fuera”.
Es una herramienta para la autoexploración
Ligado a lo último expresado, muchos de los autores encuentran en el escribir un diario una forma eficaz de explorar el propio mundo interior ya que:
- Favorece el autoconocimiento y la comprensión de uno mismo. No olvidemos que supone que, durante el ejercicio, uno mira su espejo interior.
- Se habilita un tiempo y un espacio para la introspección. Es la rutina de pensar en uno mismo sin “perderse”, manteniendo una guía.
- Permite organizar las ideas.
Tiene efectos cognitivos positivos
Debido a las propias características del acto de escribir como son la necesidad de seguir una estructura gramatical y semántica y al he-cho de que mecánicamente escribir es más lento que pensar, obliga a la persona a frenar su pensamiento y a darle estructura.
Digamos que sería como ver la situación sobre la que se reflexiona mediante una cámara superlenta y no como una grabación en tiempo real. La diferencia es enorme.
Así mismo, escribir un diario de forma rutinaria permite:
- Mantener un repositorio de recuerdos ya que quedarán captados para poder ser releídos cuando se desee (incluso años después).
- Conservaremos, además, la primera versión de los sentimientos que la situación provocaron en uno. Es obvio que con el paso del tiempo los recuerdos se diluyen, se desdibujan, se mezclan… Sin embargo, recurrir al papel escrito, nos dirá cómo fue realmente aquel momento.
- Estimula la creatividad ya que, verlo en perspectiva, espolea la generación de nuevas ideas (a veces inesperadas y creativas).
En este mismo sentido, ayuda a que afloren elementos que se encontraban ocultos pero que, sin duda, estaban influyendo en el resultado. - Facilita la toma de decisiones ya que puede ser utilizada como forma de registro objetivo de determinadas situa-ciones y como herramienta para generar alternativas.
Lo que los autores recomiendan hacer
Autores como M.A. Molina, J.M. Vicedo, I. Cidambi, etc. han escrito sobre cómo realizar la actividad.
Se debe tener claro que el objetivo no es escribir sobre uno mismo, sino DESDE uno mismo. Este matiz intenta transmitir la idea de que puede que seas el protagonista de lo que escribes o que escribas sobre otras cosas. Lo importante es que plasmes TU VISIÓN sobre ello (opiniones, sentimientos y pensamientos que te generan, etc.).
En esta actividad tus peores enemigos son la inconstancia (que hace que poco a poco abandones el hábito de escribir) y la auto-censura. Ten presente que, por definición tú eres el único lector del texto y que, por eso, no tiene sentido que maquilles tu texto.
Puede que no sepas por dónde empezar y que te asuste el folio en blanco. Si es así, quizás te pueda servir de guía responder a estas preguntas:
- ¿Qué ha sucedido?
¿Cómo me he sentido con ello?
¿Por qué me he sentido así?
¿Qué he hecho? ¿Qué medidas he tomado?
¿Cómo pienso resolverlo?
¡Te (me) animo a empezar!
Para saber más del tema
Ciertamente son muchos los beneficios que se pueden obtener. En este caso, te recomiendo que, más que leer, te pongas manos a la obra y te compres un cuaderno o habilites un archivo en Word para tal fin.
Pero bueno, si quieres seguir ahondando en este tema puedes revisar algunos de estos artículos. He de indicarte que la última fecha en que los revisé fue en enero de 2021. Lo digo porque ya sabes cómo van estas cosas de Internet.
- Por qué necesitas escribir un diario y cómo hacerlo eficazmente.
- Escribir, un placer terapéutico.
- Beneficios de escribir un diario (y cómo empezar el tuyo).
- ¿Cómo empezar a escribir un diario?
Otras cosas
- Reyes Adorna. Practicando la escritura terapéutica. Desclee de Brower. 2014
- Un pequeño reportaje en YouTube
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